DÉCADA DE LA EDUCACIÓN
PARA LA SOSTENIBILIDAD
TEMAS DE ACCIÓN CLAVE

“Compromiso por una educación para la
sostenibilidad”

• Un consumo responsable, que se
ajuste a las tres R (Reducir, Reutilizar y Reciclar) y atienda a las demandas
del “Comercio justo”.
• La reivindicación e impulso de
desarrollos tecno científicos favorecedores de la sostenibilidad, con control
social y la aplicación sistemática del principio de precaución;.
• Acciones sociopolíticas en defensa
de la solidaridad y la protección del medio, a escala local y planetaria, que
contribuyan a poner fin a los desequilibrios insostenibles y a los conflictos asociados,
con una decidida defensa de la ampliación y generalización de los derechos
humanos al conjunto de la población mundial, sin discriminaciones de ningún
tipo (étnicas, de género…).
• La superación, en definitiva, de la
defensa de los intereses y valores particulares a corto plazo y la comprensión
de que la solidaridad y la protección global de la diversidad biológica y
cultural constituyen un requisito imprescindible para una auténtica solución de
los problemas.
1. “La sostenibilidad como [r]evolución cultural, tecno
científica y política”

(Bybee, 1991), como una situación
insostenible que amenaza gravemente el futuro de la humanidad.
“Un futuro amenazado” es,
precisamente, el título del primer capítulo de Nuestro futuro común, el
informe de la Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo, conocido
como Informe Brundtland (cmmad, 1988), a la que debemos uno de los primeros
intentos de introducir el concepto de sostenibilidad o sustentabilidad: «El
desarrollo sostenible es el desarrollo que satisface las necesidades de
la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras
para satisfacer sus propias necesidades».
Se trata, en opinión de Bybee (1991),
de «la idea central unificadora más necesaria en este momento de la historia
de la humanidad», aunque se abre paso con dificultad y ha generado
incomprensiones y críticas que es preciso analizar.
Una primera crítica de las muchas que
ha recibido la definición de la CMMAD es que el concepto de desarrollo
sostenible apenas sería la expresión de una idea de sentido común (sostenible
vendría de sostener, cuyo primer significado, de su raíz latina “sustinere”, es
“sustentar, mantener firme una cosa”) de la que aparecen indicios en numerosas
civilizaciones que han intuido la necesidad de preservar los recursos para las
generaciones futuras.
La idea de un desarrollo sostenible,
sin embargo, no tiene nada que ver con ese desarrollismo y significa, como
señala Maria Novo (2006), «situarse en otra óptica; contemplar las relaciones
de la humanidad con la naturaleza desde enfoques distintos». Se trata de un
concepto que parte de la suposición de que puede haber desarrollo, mejora
cualitativa o despliegue de potencialidades, sin crecimiento, es decir,
sin incremento cuantitativo de la escala física, sin incorporación de mayor cantidad
de energía ni de materiales. Con otras palabras: es el crecimiento lo
que no puede continuar indefinidamente en un mundo finito, pero sí es posible
el desarrollo.
1. “Educación para la sostenibilidad”

*Consumo responsable, presidido por las
“3 R” que puede afectar desde la alimentación al transporte, pasando por la
limpieza, la calefacción e iluminación o la planificación familiar, etc., etc.
*Comercio justo, que implica
producir y comprar productos con garantía de que han sido obtenidos con
procedimientos sostenibles, respetuosos con el medio y con las personas.
*Activismo ciudadano
ilustrado,
lo que exige romper con el descrédito de “la política”, actitud que promueven
quienes desean hacer su política sin intervención ni control de la
ciudadanía.
Se precisa, por tanto, un esfuerzo
sistemático por incorporar la educación para la sostenibilidad, como una
prioridad central en la alfabetización básica de todas las personas, es decir,
como un objetivo clave en la formación de los futuros ciudadanos y ciudadanas.
La educación es crucial para afrontar
la pobreza en este medio y lograr un desarrollo rural sostenible.
Es imprescindible incorporar la
educación para la sostenibilidad como un objetivo clave en la formación de los
futuros ciudadanos y ciudadanas y hacer comprender la necesidad de acciones que
contribuyan a un futuro sostenible en los diferentes ámbitos: consumo
responsable, actividad profesional y acción ciudadana.
2. “Crecimiento económico y sostenibilidad”

El concepto de huella ecológica, que
se define como el área de territorio ecológicamente productivo necesaria para
producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por
una población dada permite cuantificar aproximadamente estos límites. El déficit
ecológico viene a indicar esta diferencia entre huella ecológica y
biocapacidad.
Ello lleva a Giddens (2000) a afirmar:
«La sostenibilidad ambiental requiere, pues, que se produzca una
discontinuidad: de una sociedad para la cual la condición normal de salud ha
sido el crecimiento de la producción y del consumo material se ha de pasar a
una sociedad capaz de desarrollarse disminuyéndolos».
Terminaremos señalando que es preciso,
pues, remitirse al estudio detenido de las causas del actual crecimiento
insostenible, guiado por intereses particulares a corto plazo –hiperconsumo
depredador de una quinta parte de la humanidad (ver consumo responsable),
explosión demográfica (ver crecimiento demográfico), desequilibrios y
conflictos (ver reducción de la pobreza y conflictos y violencias)…– y, muy en
particular, de las medidas necesarias –tecnológicas, educativas y políticas- (ver
educación para la sostenibilidad, tecnologías para la sostenibilidad y
gobernanza universal) para avanzar hacia la sostenibilidad.
3. “Crecimiento demográfico y sostenibilidad”

Como explicaron los expertos en
sostenibilidad, en el marco del llamado Foro de Río + 5, la actual población
precisaría de los recursos de tres Tierras (!) para alcanzar un nivel de vida
semejante al de los países desarrollados. Puede decirse, pues, que hemos
superado ya la capacidad de carga del planeta, es decir, la
máxima cantidad de seres humanos que el planeta puede mantener de forma
permanente.
Añaden: «El problema demográfico es el
problema más grave al que se enfrenta la humanidad, dada la enorme diferencia
de tiempo que transcurre entre el inicio de un programa adecuado y el comienzo
del descenso de la población». Y aunque se puede discrepar de que constituya
«el problema más grave», sí cabe reconocer que «se superponen los dos factores
que están asociados de forma permanente e indisoluble al impacto de la
humanidad sobre el ambiente: de un lado, el derroche de los más ricos, y de
otro, el enorme tamaño de la población mundial»
Ehrlich y Ehrlich (1994) también
llaman la atención sobre el hecho de que «la superpoblación de los países
ricos, desde el punto de vista de la habitabilidad de la Tierra, es una
amenaza más seria que el rápido crecimiento demográfico de los países
pobres». Es por ello que conviene distinguir entre superpoblación y
crecimiento demográfico.
«Una sociedad sostenible es una
sociedad estable demográficamente, pero la población actual está lejos de ese
punto». En el mismo sentido se pronuncia la Comisión Mundial del Medio Ambiente
y del Desarrollo (1988): «la reducción de las actuales tasas de crecimiento es
absolutamente necesaria para lograr un desarrollo sostenible».
4. “Tecnociencia para la sostenibilidad”

al “desarrollo científico y
tecnológico” han puesto en el centro del debate la cuestión de la “sociedad del
riesgo”, según la cual, como consecuencia de dichos desarrollos
tecnocientíficos actuales, crece cada día la posibilidad de que se produzcan
daños que afecten a una buena parte de la humanidad y que nos enfrentan a
decisiones cada vez más arriesgadas.
Existe, por supuesto, un consenso
general acerca de la necesidad de dirigir los esfuerzos de la investigación e
innovación hacia el logro de tecnologías favorecedoras de un desarrollo
sostenible, incluyendo desde la búsqueda de nuevas
fuentes de energía al incremento de la eficacia en la obtención de alimentos,
pasando por la prevención de enfermedades y catástrofes, el logro de una
maternidad y paternidad responsables o la disminución y tratamiento de
residuos, el diseño de un transporte de impacto reducido, etc.
Debemos señalar, además, que existen
ya soluciones científico-tecnológicas para muchos de los problemas planteados
–aunque, naturalmente, será siempre necesario seguir investigando– pero dichas
soluciones tropiezan con las barreras que suponen los intereses particulares o
las desigualdades en el acceso a los avances tecnológicos, que se acrecientan
cada día.
Sin embargo se sigue impulsando el uso
de combustibles fósiles como el petróleo y el carbón, pese a su contribución al
cambio climático, o se presenta la energía nuclear de fisión –igualmente
dependiente de yacimientos minerales no renovables y escasos- como alternativa,
dado que no contribuye al efecto invernadero, ignorando los graves problemas
que comporta.
5. “Reducción de la pobreza”
Según el Banco Mundial, el total de
seres humanos que vive en la pobreza más absoluta, con un dólar al día o menos,
ha crecido de 1200 millones en 1987 a 1500 en la actualidad y, si continúan las
actuales tendencias, alcanzará los 1900 millones para el 2015.

Al abordar el problema de la pobreza
extrema se suelen señalar tres hechos que reclaman una atención inmediata: la
mortalidad prematura, la desnutrición y el analfabetismo. Ésa es la razón por
la que el PNUD ha introducido el IDH (Índice de Desarrollo Humano) que intenta
reflejar el bienestar desde un punto de vista más amplio, contemplando tres dimensiones
–longevidad, estudios y nivel de vida–
y que se ha convertido en un instrumento para evaluar las diferencias entre
países.
Es decir, estamos ante una pobreza que
coexiste con una riqueza en aumento, de forma que en los últimos 40 años
–señala el mismo informe del Banco Mundial– se han duplicado las diferencias
entre los 20 países más ricos y los 20 más pobres del planeta.
En definitiva, un quinto de la
humanidad vive confortablemente mientras otro quinto sufre la mayor de las
penurias (con una renta inferior a un dólar por día) y más de la mitad está por
debajo del umbral de la pobreza (menos de dos dólares diarios).
La reducción de la pobreza y la
universalización de los Derechos Humanos se convierten así en una necesidad
absoluta para la supervivencia de la especie humana y aunque sólo sea por
egoísmo inteligente es preciso actuar, porque la prosperidad de un reducido
número de países no puede durar si se enfrenta a la extrema pobreza de la
mayoría.
Como señala Yunus (2005), la pobreza
es una creación de los seres humanos y, en consecuencia, ellos son quienes
tienen capacidad y posibilidad de solucionarla.
Esta pobreza extrema está vinculada al
conjunto de problemas que caracterizan la situación de emergencia planetaria,
desde la degradación de los ecosistemas o el agotamiento de los recursos a la
explosión demográfica y se traduce en enfermedades, hambre literal y, en
definitiva, en baja esperanza de vida.
1. “Igualdad de género”

«La pobreza afecta en mayor medida a
las mujeres», lo que se relaciona con «su desigualdad en cuanto al acceso a la
educación, a los recursos productivos y al control de bienes, así como, en
ocasiones, a la desigualdad de derechos en el seno de la familia y de la
sociedad». Esa discriminación va más allá de las leyes: «Allí donde los
derechos de las mujeres están reconocidos, la pobreza a menudo les impide
conocer sus derechos».
Pero no debemos olvidar que la
discriminación hacia la mujer es parte de la discriminación que los “fuertes”
ejercen con los “débiles” en defensa de sus privilegios. Unos privilegios que a
lo largo de la historia se ha pretendido justificar con «razones» étnicas, de
sexo o de mérito; pero hoy sabemos que no tienen fundamento alguno y que
generan desequilibrios perjudiciales para todos, aunque algunos sigan
pensando que esos desequilibrios constituyen algo natural.
La erradicación de la discriminación
de las mujeres entronca así con los objetivos de la educación para la
sostenibilidad, de la reducción de la pobreza y, en definitiva, de la
universalización de los derechos humanos.
Unos objetivos que se contemplan desde
el punto educativo en las iniciativas de “la Década de la Educación por un
Desarrollo Sostenible, en la que la igualdad entre géneros está considerada
como una de las condiciones fundamentales para el desarrollo humano que está
requiriendo una mayor atención por parte de la ciencia, la política, las
instituciones sociales y la educación”.
2. “Contaminación sin fronteras”

No basta, en efecto, con referirse
genéricamente a la contaminación del Aire, de los suelos y de
las aguas superficiales y subterráneas.
En total, más de 600000 personas
afectadas (muertes, gravísimas enfermedades, malformaciones), numerosos
animales así como un entorno altamente contaminado, por sustancias tóxicas
(COP) y metales pesados, sobre el que no se están adoptando, todavía en la actualidad,
las medidas urgentes que se requieren, a pesar de que sus efectos continúan
provocando víctimas.
Son numerosos los ejemplos de formas
de contaminación y de problemas ambientales que los seres humanos estamos
provocando desde los inicios de la revolución industrial y, muy en particular,
durante el último medio siglo. Habría que referirse a la contaminación
provocada por las pilas y baterías eléctricas, que utilizan reacciones químicas
entre sustancias, en general, muy contaminantes.
Y debemos hacer una mención especial a
la contaminación provocada por materiales plásticos como el PVC, que presenta
un gran impacto ambiental durante todo su ciclo de “vida”: su producción va
unida a la del cloro, altamente tóxico y reactivo, al transporte de materiales
explosivos y peligrosos, a la generación de residuos tóxicos; para
estabilizarlo, endurecerlo y colorearlo, se le añaden metales pesados; y
fungicidas para evitar que los hongos lo destruyan.
Por último, nos referiremos muy
brevemente a otras formas de contaminación que suelen quedar relegadas como
problemas menores, pero que son igualmente perniciosas para los seres humanos y
que deben ser también atajadas:
• La contaminación acústica –asociada
a la actividad industrial, al transporte y a una inadecuada planificación
urbanística– causa de graves trastornos físicos y psíquicos.
• La contaminación “lumínica”
que en las ciudades, a la vez que supone un derroche energético, afecta al
reposo nocturno de los seres vivos, alterando sus ciclos vitales, y que suprime
el paisaje celeste, lo que contribuye a una contaminación “visual” que
altera y degrada el paisaje, a la que están contribuyendo gravemente todo tipo
de residuos, un entorno urbano antiestético, etc.
•
La
contaminación del espacio próximo a la Tierra con la denominada “chatarra
espacial” (miles de objetos desplazándose a enormes velocidades relativas),
cuyas consecuencias pueden ser funestas: tengamos en cuenta que gran parte del
intercambio y difusión de la información que circula por el planeta, casi en
tiempo real, tiene lugar con el concurso de satélites, incluido el
funcionamiento de Internet, o de la telefonía móvil.
3. “Consumo responsable”
Hablar de consumo responsable es
plantear el problema del “hiperconsumo” de las sociedades “desarrolladas”
y de los grupos poderosos de cualquier sociedad, que sigue creciendo como si
las capacidades de la Tierra fueran infinitas.
«El 15% de la población mundial que
vive en los países de altos ingresos es responsable del 56% del consumo total
del mundo, mientras que el 40% más pobre, en los países de bajos ingresos, es
responsable solamente del 11% del consumo».

Del mismo modo, el modelo alimentario
de los países desarrollados, aparentemente tan satisfactorio, además de sus
consecuencias negativas para el medio ambiente, se está traduciendo en serios
problemas de salud.
Se afirma que los seres humanos
estamos dominados por la pleonexia, es decir, por el deseo de poseer más
de lo necesario, pero en realidad, la asociación entre “más consumo” y “vida
mejor” se rompe estrepitosamente en el caso de la alimentación, del automóvil y
en muchos otros.
Naturalmente que ciertos consumos,
como ya hemos señalado, deben reducirse, pero son más las cosas a las que no
podemos ni debemos renunciar y que deben universalizarse: educación, vivienda y
nutrición adecuada, cultura…
Es preciso evitar el consumo de
productos que dañan al medio ambiente por su alto impacto ambiental, es preciso
ejercer un consumo más responsable, más basado en los productos locales -como
preconizan.
10. “Turismo sostenible”
La problemática del turismo está
estrechamente ligada a la del consumo responsable, porque al igual que muchas
de las cosas que hacen posible nuestro trabajo, o que dan sentido a nuestras
vidas, hacer turismo exige consumo.
Los datos acerca de las consecuencias
del turismo son contradictorios. Por una parte tenemos claras repercusiones positivas:
creación de empleo, incremento de ingresos económicos, evitación de migraciones
por falta de trabajo, mejora del nivel cultural de la población local y
apertura a costumbres más libres, intercambios culturales en ambos sentidos, de
modos de vida, sensibilización de turistas y población local hacia el medio
ambiente, etc.
Puede decirse, pues, que el turismo,
tal como se está realizando actualmente, no es sostenible. Pero esto es
consecuencia, como en el caso de otros muchos problemas, de una búsqueda de
beneficios inmediatos, que impulsa a la masificación y a la destrucción de
recursos.
Esta definición de turismo sostenible,
se ha traducido en la consideración de una serie de requisitos que la OMT
(1994) considera fundamentales para la implantación de la Agenda 21 en los
centros turísticos:

• Conservación y gestión de la
energía.
• Gestión del recurso agua.
• Control de las sustancias
peligrosas.
• Transportes.
• Planeamiento urbanístico y gestión
del suelo.
• Compromiso medioambiental de los
políticos y de los ciudadanos.
• Diseño de programas para la
sostenibilidad.
• Colaboración para el desarrollo
turístico sostenible.
11. “Derechos humanos y sostenibilidad”
El logro de la sostenibilidad aparece
hoy indisolublemente asociado a la necesidad de universalización y
ampliación de los derechos humanos. Sin embargo, esta vinculación tan
directa entre superación de los problemas que amenazan la supervivencia
de la vida en el planeta y la universalización de los derechos humanos
suele producir extrañeza y dista mucho de ser aceptado con facilidad.
Conviene, por ello, detenerse
mínimamente en lo que se entiende hoy por Derechos Humanos, un concepto que ha
ido ampliándose hasta contemplar tres “generaciones” de derechos que
constituyen, como ha sido señalado, requisitos básicos de un desarrollo
sostenible, de una cultura de la sostenibilidad que permita hacer frente
a la actual situación de emergencia planetaria.
Si queremos avanzar hacia la
sostenibilidad de las sociedades, hacia el logro de una democracia planetaria o
cosmopolita, será necesario reconocer y garantizar otros derechos, además de
los civiles y políticos, que aunque constituyen un requisito imprescindible son
insuficientes.
Entre estos derechos podemos destacar:
• Derecho universal a un trabajo
satisfactorio, a un salario justo, superando las situaciones de precariedad e
inseguridad.
• Derecho a una vivienda adecuada en
un entorno digno, es decir, en poblaciones de dimensiones humanas, levantadas
en lugares idóneos –con una adecuada planificación que evite la destrucción de
terrenos productivos, las barreras arquitectónicas.
• Derecho universal a una alimentación
adecuada, tanto desde un punto de vista cuantitativo (desnutrición de miles de
millones de personas) como cualitativo (dietas desequilibradas) lo que dirige
la atención a nuevas tecnologías de producción agrícola.
• Derecho universal a la salud. Ello
exige recursos e investigaciones para luchar contra las enfermedades
infecciosas que hacen estragos en amplios sectores de la población del tercer
mundo (cólera, malaria...) y contra las nuevas enfermedades “industriales”
(tumores, depresiones...) y “conductuales”, como el SIDA.
• Derecho a la planificación familiar,
es decir, a una maternidad y paternidad responsable, y al libre disfrute de la
sexualidad, que no conculque la libertad de otras personas, sin las barreras religiosas
y culturales que, por ejemplo, condenan a millones de mujeres al sometimiento.
• Derecho a una educación de calidad,
espaciada a lo largo de toda la vida, sin limitaciones de origen étnico, de
género, etc., que genere actitudes responsables y haga posible la participación
en la toma fundamentada de decisiones.
• Derecho a la cultura, en su más
amplio sentido, como eje vertebrador de un desarrollo personal y colectivo
estimulante y enriquecedor.

12. “Diversidad cultural”

En el tema de la diversidad cultural o
etnodiversidad se incurre en este biologismo cuando se afirma, como hace
Clément (1999), que «El aislamiento geográfico crea la diversidad. De un lado,
la diversidad de los seres por el aislamiento geográfico, tal es la historia
natural de la naturaleza; del otro, la diversidad de las creencias por el
aislamiento cultural, tal es la historia cultural de la naturaleza».
De hecho, la diversidad de lenguas y
formas de vida es vista por muchas personas como un inconveniente, cuando no
como una amenaza, como un peligro.
Pero las ventajas de la diversidad
cultural no se reducen a las de la pluralidad lingüística. Es fácil mostrar que
la diversidad de las contribuciones que los distintos pueblos han hecho en
cualquier aspecto (agricultura, la cocina, la música…) constituye una riqueza
para toda la humanidad.
Es preciso rechazar contundentemente
esa atribución de los conflictos a la diversidad cultural. Son los intentos de suprimir
la diversidad lo que genera los problemas, cuando se exalta “lo propio”
como lo único bueno, lo verdadero, y se mira a los otros como infieles a
convertir, si es necesario por la fuerza. O cuando se considera que los otros
representan “el mal”, la causa de nuestros problemas, y se busca “la solución”
en su aplastamiento.
Conviene aclarar, por otra parte, que
la defensa de la diversidad cultural no significa aceptar que todo vale,
que todo lo que los pueblos crean sea siempre bueno. Lo que es siempre
bueno, en cualquier dominio, es la diversidad…si es auténtica, es decir,
si no hay imposición forzada de unas formas sobre las otras. Y cabe afirmar
eso, entre otras razones, precisamente porque no todo vale.
Podemos concluir que la diversidad
cultural es siempre positiva en sí misma porque nos hace ver que no hay
una única solución a los problemas, una única ley incuestionable… y eso nos
autoriza a pensar en distintas posibilidades, a optar sin quedar prisioneros de
una única norma.
13. “Cambio climático: una innegable y
preocupante realidad”
La alerta ante la influencia de las
acciones humanas en la evolución del clima comienza a cobrar fuerza a finales
de los años sesenta con el establecimiento del Programa Mundial de
Investigación Atmosférica, si bien las primeras decisiones políticas en torno a
dicho problema se adoptan en 1972, en la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Medio Ambiente Humano (CNUMAH).
A finales de 1990, se celebró la
Segunda Conferencia Mundial sobre el Clima, reunión clave para que Naciones
Unidas arrancara el proceso de negociación que condujese a la elaboración de un
tratado internacional sobre el clima.

Cabe temer, además, que los cambios no
sean lineales, sino que puedan verse repentinamente acelerados por diversas retroacciones,
es decir, por consecuencias del cambio climático que, a su vez, influyen sobre
el mismo.
14. “Biodiversidad”

La creciente preocupación por la
pérdida de biodiversidad es exagerada y aducen que las extinciones constituyen
un hecho regular en la historia de la vida: se sabe que han existido miles de
millones de especies desde los primeros seres pluricelulares y que el 99% de
ellas ha desaparecido.
Un dato a retener es que cerca del 40%
de la producción fotosintética primaria de los ecosistemas terrestres es usado
por la especie humana cada año para, fundamentalmente, comer, obtener madera y
leña, etc. Es decir, la especie humana está ya próxima a consumir tanto como el
conjunto de las otras especies, lo que supone un indudable acoso a las mismas.
Por otra parte, existe el peligro de
acelerar aún más el acoso a la biodiversidad con la utilización de los
transgénicos. Puede parecer positivo, es verdad, modificar la carga genética de
algunos alimentos para protegerlos contra enfermedades, plagas e incluso contra
los productos dañinos que nosotros mismos hemos creado y esparcido en el
ambiente.
Es urgente, pues, poner fin al
conjunto de problemas que está provocando la degradación del planeta,
contribuyendo así a salvaguardar la biodiversidad y evitar la extinción de
especies, con medidas que salgan al paso de estos problemas y, en particular,
planes de acción encaminados a proteger los hábitats y las diferentes especies
de fauna y flora.
15. “Urbanización y sostenibilidad”

Los núcleos urbanos que surgieron hace
siglos como centros donde se gestaba la civilización, se han ido transformando
en lugares amenazados por la masificación, el ruido, los desechos..., problemas
que se agravan en las llamadas “megapolis” con más de diez millones de
habitantes, cuyo número no para de crecer.
El desafío urbano del que habla la
CMMAD ha de enfrentar, pues, bastantes problemas: los de contaminación, por
supuesto, pero también los que plantea el consumo exacerbado de recursos
energéticos, la destrucción de terrenos agrícolas, la degradación de los
centros históricos, etc. Puede decirse que las ciudades constituyen hoy el
paradigma de la imprevisión y de la especulación, es decir, de la
insostenibilidad.
Es necesario, pues, conciliar
urbanización y sostenibilidad, desarrollando propuestas que garanticen el
avance hacia ciudades sostenibles y con ello la continuidad de la especie humana
y de las futuras generaciones.
El logro de sociedades sostenibles –y
el simple respeto de derechos humanos fundamentales, como el derecho a una
vivienda adecuada en un entorno digno– exige remodelar las ciudades, con una
planificación adecuada y el aprovechamiento de tecnologías sostenibles,
evitando tanto la urbanización periférica difusa, que conlleva la destrucción
de terrenos productivos e insostenibles consumos de energía, como la
desconexión con la naturaleza de los barrios marginales, las barreras
arquitectónicas, la construcción de viviendas en zonas de riesgo por su
inseguridad en caso de catástrofes, etc., y que se constituyan en foros de
participación, creatividad y disfrute de la diversidad cultural.
Todo ello sin olvidar que, a pesar de
la rápida urbanización, casi la mitad de la población mundial sigue viviendo en
zonas rurales, por lo que resulta crucial crear las condiciones de un
desarrollo rural sostenible que combata la pobreza extrema que se da en este
medio.
16. “Nueva cultura del agua”

Pero el consumo de agua se ha
disparado: a escala planetaria el consumo de agua potable se ha venido doblando
últimamente cada 20 años, debido a la conjunción de los excesos de consumo de
los países desarrollados y del
crecimiento demográfico, con las consiguientes necesidades de alimentos.
Junto a este crecimiento explosivo del
consumo del agua se ha producido y se sigue produciendo una seria degradación
de su calidad debido a los vertidos de residuos contaminantes (metales pesados,
hidrocarburos, pesticidas, fertilizantes…), muy superior a tasa o ritmo de
asimilación de los ecosistemas naturales.
La Comisión Mundial del Agua ha
alertado además del drástico descenso de los recursos hídricos provocado
también por la degradación ambiental y, muy concretamente, por la deforestación
y la pérdida de nieves perpetuas fruto del cambio climático: la lluvia ya no es
retenida por la masa boscosa, ni tampoco en forma de nieve, lo que favorece la
erosión y desertización.
El problema del agua aparece así como
un elemento central de la actual situación de emergencia planetaria y su
solución –que exige el reconocimiento del derecho fundamental de todo ser
humano a disponer de, por lo menos, 20 litros de agua potable diarios sólo
puede concebirse como parte de una reorientación global del desarrollo
tecnocientífico, de la educación ciudadana y de las medidas políticas para la
construcción de un futuro sostenible, superando la búsqueda de beneficios
particulares a corto plazo y ajustando la economía a las exigencias de la
ecología y del bienestar social global.
Lo que falta, pues, es decisión
responsable para llevar adelante los cambios necesarios. Algo que exige
impulsar la educación para la sostenibilidad y, como parte de la misma, una
Nueva Cultura del Agua: «Para asumir este reto se precisan cambios radicales en
nuestras escalas de valores, en nuestra concepción de la naturaleza, en
nuestros principios éticos, y en nuestros estilos de vida; es decir, existe la
necesidad de un cambio cultural que se reconoce como la Nueva Cultura del Agua.
Una Nueva Cultura que debe asumir una visión holística y reconocer las
múltiples dimensiones de valores éticos, medioambientales, sociales,
económicos, políticos, y emocionales integrados en los ecosistemas acuáticos.
17. “Agotamiento y destrucción de los
recursos naturales”
El agotamiento de muchos recursos
vitales para nuestra especie –a consecuencia de su dilapidación o de su
destrucción, fruto de comportamientos consciente o inconscientemente
depredadores orientados por la búsqueda de beneficios particulares a corto plazo–
constituye uno de los más preocupantes problemas de la actual situación de
emergencia planetaria.

Nos enfrentamos a un grave problema de
agotamiento de recursos esenciales a pesar de que la mayoría de los
seres humanos tienen un reducido acceso a los mismos. Un agotamiento de
recursos que ha jugado un papel determinante, aunque no exclusivo, en el
colapso de pasadas civilizaciones y que ahora amenaza con conducir «al colapso
de la sociedad mundial en su conjunto»
Pero, desgraciadamente, la situación
de emergencia planetaria no es atribuible a un único problema, por muy grave
que sea el agotamiento del petróleo. De hecho, algunos temen que no llegue a
agotarse lo suficientemente aprisa para poner freno al acelerado cambio
climático que está provocando su combustión.
En definitiva, el peligro de
agotamiento de recursos y de transformación antrópica de los ecosistemas,
debidos a nuestras formas de vida, es realmente muy elevado y exige la urgente
adopción de medidas de ahorro.
18. “Gobernanza universal. Medidas
políticas para la sostenibilidad”
Vivimos una grave situación de
emergencia planetaria que obliga a pensar en un complejo entramado de medidas,
tecnológicas, educativas y políticas, cada una de las cuales tiene
carácter de conditio sine qua non, sin que ninguna de ellas, por sí sola, pueda
resultar efectiva, pero cuya ausencia puede anular el efecto de las que sí se
apliquen: se ha comprendido, en efecto, que no basta con plantear tecnologías
para la sostenibilidad o una educación para la sostenibilidad.

El concepto de gobernanza no es
familiar para muchos de nosotros, pero el Diccionario de la Lengua Española de
la Real Academia lo incluye, en sus últimas ediciones, definiéndolo como “Arte
o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo
económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio
entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía”.
19. “Desertización”
Los problemas que caracterizan la
situación del mundo –contaminación sin fronteras, acelerado proceso de
urbanización, agotamiento de recursos naturales, etc. Están estrechamente
relacionados y se potencian mutuamente en una especie de “espiral infernal” que
está alterando profundamente el planeta en que vivimos.
En el informe sobre los “Recursos del
Planeta-2001”, a alertar de un deterioro generalizado de los ecosistemas que
califica de devastador, abocado a la desertización y, como justifican
Lewin (1997) o Diamond (2006), a la propia desaparición de la especie humana,
junto a otros muchos miles de especies.

Esta degradación alcanza a otros
aspectos de la biodiversidad del planeta. Es sabido que la creciente
explotación intensiva, los incendios, la contaminación, afectan también a las
praderas, uno de los tipos de vegetación más extendidos del mundo que cubren
casi una quinta parte de la superficie continental de la Tierra.
20. “Reducción de desastres”
Intentaremos fundamentar aquí esta
tesis y mostrar su validez general en todo tipo de desastres, incluidos los
considerados “naturales”. Sólo esta comprensión nos permitirá hacer frente a
los mismos y adoptar medidas efectivas para su reducción.

Pero no se trata de desastres
naturales: al destruir los bosques, desecar las zonas húmedas o desestabilizar
el clima señalan los expertos estamos atacando un sistema ecológico que nos
protege de tormentas, grandes sequías, huracanes y otras calamidades. Con otras
palabras, las acciones humanas guiadas por intereses a corto plazo
–contaminación, deforestación, destrucción de humedales…– que están
contribuyendo al cambio climático, son responsables de la amplificación de los
fenómenos extremos.
Es necesario, pues, crear un nuevo
marco internacional que evite la imposición de intereses particulares
perjudiciales para todos, un nuevo concepto de cooperación y solidaridad
para la reducción del impacto ecológico de nuestras actividades y el logro de
un desarrollo humano sostenible.
21. “Conflictos y violencias”

Una violencia que, es cierto, engendra
más violencia, otras formas de violencia:
• Las guerras y carreras
armamentistas con sus implicaciones económicas y de sus terribles secuelas para
personas y medio…
• El terrorismo en sus muy
diversas manifestaciones, que para algunos se ha convertido en “el principal
enemigo”, justificando notables incrementos de los presupuestos militares… a
expensas de otros capítulos.
• El crimen organizado, las mafias,
que trafican con droga, armas, seres humanos... con su presencia creciente en
todo el planeta y también con un enorme peso económico, gracias a la corrupción
y al blanqueo del dinero negro que es canalizado hacia empresas “respetables”.
• Las presiones migratorias,
con los dramas que conllevan y los rechazos que producen…
• La actividad especuladora de
algunas empresas transnacionales que buscan el mayor beneficio propio a
corto plazo, desplazando su actividad allí donde los controles ambientales y
los derechos de los trabajadores son más débiles, contribuyendo, a menudo con
ayuda de la corrupción, del tráfico de capitales y de los paraísos fiscales, al
deterioro social y a la destrucción del medio ambiente.
Todas
estas formas de violencia están interconectadas entre sí… y con el resto de problemas
a los que venimos haciendo referencia: desde el hiperconsumo o la explosión
demográfica a la contaminación y degradación de los ecosistemas.
CONCLUSIÒN
DEL VIDEO: “HISTORIA DE LAS COSAS”

Este video comienza con la explicación del
sistema de gobierno que llevamos hoy en día y para ello comenzaremos:
Las cosas se mueven a través de un sistema
desde la abstracción, a la producción, a la distribución, al consumo y a la
disposición a todo esto se le llama: “la economía de los materiales”; éste es
un sistema en crisis, es un sistema lineal porque no comparten sus ideas para
darle un cambio al país siempre es manejado por el gobierno que no ve por el
bienestar de su gente sino por el propio.
Una
de las cosas más importantes que falta en este sistema son las personas al
igual que aquí mismo viven y trabajan personas para su bienestar pero
lamentablemente son más escuchadas unas que otras, como por ejemplo:
·
El gobierno: debe ser del pueblo, por el
pueblo y para el pueblo y su trabajo es cuidarnos, pero es triste decir que hoy
en día las cosas no funcionan así con éste.
·
Las empresas: el gobierno se preocupa más por
ellas que por nosotros los seres humanos, ya que las empresas les dejan buen
dinero y los seres humanos recurren al gobierno para pedir apoyos cuando a
éstos no les conviene porque les quitan el dinero.
La abstracción prácticamente es destruir el
planeta porque cortamos árboles para abstraer un metal, y a raíz de esto se
toman recursos de otros países y es a esto que se le conoce como: “el tercer
mundo” y en este sistema si no tienes ni compras mucho simple y sencillamente
no vales por eso se le conoce como un sistema lineal.
Los materiales entran a la producción y ahí
utilizamos energía para mezclar los recursos naturales con químicos tóxicos
para fabricar productos contaminados, mientras sigan produciendo alimentos
tóxicos se seguirán llevando a los hogares, a las escuelas pero sobre todo a
nuestros cuerpos que es lo más importante porque es lo que ingerimos día a día.
Las personas que reciben mayores tóxicos son
los trabajadores de las fábricas y a lo largo de este sistema no solo se
desechan productos sino también se desechan personas.

Nos hemos convertido en consumidores, el
último fin de nuestra economía es producir más bienes de consumo esto quiere
decir que no quieren brindar apoyos para la salud, ni para la educación que es
lo más importante, ni para el transporte.
A
raíz de todo lo ya mencionado se crearon dos estrategias:
·
Obsolencia Programada: es la que está
diseñada para ser desechada.
·
Obsolencia Percibida: es la que sirve para
convencernos de tirar cosas útiles.
La publicidad y los medios de comunicación
tienen un papel muy importante en este sistema, ya que solo nos hacen sentir
menos con los anuncios que pasan.
Las dos actividades que mis realizamos en
nuestros ratos libres son: ver televisión y comprar, estas actividades son la
rueda del ser humano que trabaja porque la mayor parte del día se encuentra
trabajando y cuando llega a su casa lo primero que realiza es prender la
televisión pero solamente encuentra anuncios que nos hacen sentir meno es por
eso que se aburre y mejor decide salir a comprar y todos los días es lo mismo.
La incineración de basura es muy dañina,
porque la basura nos libera el aire.
Este sistema es un sistema en crisis, ya que
hay muchos daños en él desde el cambio climático hasta la pérdida de la
felicidad, pero existen personas trabajadoras que realmente quieren cambiar
este sistema lineal a un sistema nuevo en el que todos se unan para ver el
cambio de nuestro país.
Para concluir este video nos hace reflexionar
mucho porque es lo que hoy en día sucede en nuestro país comenzando desde
nuestros presidentes, gobernadores, etc., terminando con el medio ambiente, es por
eso que hay que crear conciencia en las demás personas para que busquemos el
bienestar de nuestro país y más que nada de nosotros mismos.

El rayo es una descarga eléctrica que salta desde la nube al suelo y del
suelo a la nube de las llamadas cumulonimbus, por eso es importante aprender a
identificarlas. La descarga afecta a los seres humanos igual a como lo hacen
los cables de alta tensión, con quemaduras y paros respiratorios que pueden
causarles la muerte. Cuando se produce el rayo se le observa un aspecto de
árbol con una línea o tronco principal y varias ramificaciones. No permita que
los rayos lo maten, siga las siguientes instrucciones:
ü
Cuando comience a ver
relámpagos o a escuchar truenos, usted está en peligro de ser afectado por los
rayos, preste atención a la evolución del fenómeno y active su propio plan de
emergencia.
ü
Aléjese de las llaves de
agua, tuberías de hierro y sistema eléctrico.
ü
Durante la tormenta, no
conteste llamadas telefónicas, las descargas eléctricas distantes pueden
propagarse a través del cableado.
ü
Evite bañarse, fregar losas
de la cocina, lavarse las manos.
ü
Si se encuentra al aire
libre y comienza a producirse descargas cerca de su lugar, refúgiese en una
casa, edificio o vehículo que esté completamente cerrado.
ü
Si se encuentra en casas de
campaña, salga de su interior y busque refugiarse en la otra parte.
ü
Es bueno despojarse de los
objetos metálicos que llevamos encima como cuchillos, entre otros.
CONTAMINACIÒN DE MONÒXIDO DE CARBONO
ü
Deben evitarse las zonas de
la ciudad de mayor concentración de vehículos en movimiento en horas de altas
temperaturas y poca velocidad del viento.
CONTAMINACIÒN Y DEPÒSITO DE PARTÌCULAS SÒLIDAS
ü
Partículas sólidas y hollín
de la combustión de vehículos pueden afectar sus propiedades, especialmente
ropas, obras de arte, etc.
HURACANES
ü
Cuando un huracán amenaza su
área, usted debe decidir entre buscar un refugio o permanecer en su hogar
durante la emergencia.
ü
Si decide ir a un refugio,
lleve solo lo necesario.
ü
Escuche la radio para
boletines e información de emergencia emitidos por la oficina nacional de
meteorología y los medios de comunicación.
ü
Limite las llamadas
telefónicas o mensajes cortos o esenciales.
ü
Corte y remueva las ramas
muertas de los árboles, al igual que las ramas que se encuentran en el suelo
cerca de su casa.
ü
Recoja cualquier fruta de
sus árboles.
ü
Envuelva los objetos de
cristal, piezas de arte, fotografías, herramientas, etc., guárdelas en un lugar
seguro.
ü
No salga durante la calma
cuando el ojo del huracán esté pasando.
ü
Use cinta adhesiva en las
vitrinas y, cuando sea posible, vire el lado de cristal de éstas hacia una
pared interior.
ü
Cierre la llave del gas,
calentadores de agua, estufas, encendedores piloto y otros quemadores.
INUNDACIONES
ü
Evitar las vías e
intersecciones que se inundan.
ü
No caminar por calzadas
inundadas, pueden tener huecos peligrosos.
MAR DE FONDO O TSUNAMI
ü
Evitar la circulación de
vehículos en las vías próximas a las costas.
ü
Evacuar las viviendas que
puedan ser destruidas o inundadas por el mar.
MAREA DE TEMPESTAD
ü
Evitar la circulación de
vehículos y personas en las vías de comunicación próximas a las costas.
ü
Evacuar las viviendas que
puedan ser destruidas o inundadas por el mar.
OLAS DE CALOR
ü
Se debe tomar mucha agua, el
cuerpo lo va a necesitar para poder enfriarse.
ü
En los días con índice de
calor alto, NO es conveniente tomar bebidas alcohólicas.
ü
Se debe utilizar ropa acorde
al clima, en este caso ropa ligera es lo más conveniente.
ü
Evite la insolación, las
quemaduras del sol, hacen más graves los periodos de calor extremo.
SEQUÌAS
ü
Revise constantemente sus
instalaciones y corrija los escapes.
ü
Deben implementar un
programa de ahorro y uso del agua.
ü
Cierren las plumas al
lavarse los dientes o afeitarse.
ü
No se bañe con la ducha
abierta, enjabónese y luego quítese el jabón bajo la ducha.
ü
Si tiene que regar plantas
hágalo durante la noche.
TERREMOTOS
ü
Mantenga la calma.
ü
Si está bajo techo, póngase
debajo del marco de una puerta o debajo de una mesa.
ü
Si esta al aire libre,
aléjese de edificios.
ü
Si está manejando aléjese y
evite los puentes.
ü
No use el teléfono a menos
que tenga una emergencia grave.
ü
Mantenga un botiquín de
primeros auxilios.
TORNADOS
ü
En condiciones del mal
tiempo o de huracanes prestar atención a lo que está sucediendo en el cielo.
ü
Aléjese rápidamente de su
trayectoria.
ü
Cerrar puertas y ventanas y
alejarse de ellas.
ü
Permanecer en la casa en un
cuarto bien protegido.
INCENDIOS
ü
Convine con su familia un
lugar seguro donde encontrarse después de salir del incendio.
ü
Si va a abrir una puerta y
nota que está caliente, no la abra salga por otra parte.
ü
Deben evitarse las zonas de
la ciudad de mayor concentración de vehículos en movimiento en horas de altas
temperaturas y poca velocidad del viento.